Boeser frente al límite salarial
El nombre de Brock Boeser ha estado los últimos días en primera línea de noticia. Vancouver estaría buscando opciones de traspaso incluyendo al joven atacante. Profundicemos un poco más en el tema:
El mismo día que empecé a teclear el borrador de este artículo a raíz de la publicación que veis aquí arriba, me saltó en el muro esta votación que publicó joseleatleti mencionando al propio jugador, señal precisa que este escrito debía acabar viendo la luz y aterrizando en los correos electrónicos de todos los suscriptores, a pesar de todos los cambios que ha ido sufriendo el artículo a medida que se iban sabiendo más cosas.
Pero antes de empezar creo que es importante explicar los siguientes conceptos vinculados a los contratos de algunos jugadores de la NHL para entender todo lo que viene a continuación:
NMC (No-Movement Clause) - Cualquier jugador que haya jugado durante siete años o bien que haya llegado a los 27 años de edad, es elegible para esta cláusula. Esta cláusula puede iniciar su aplicación en el preciso momento que el jugador cumpla los requisitos, aunque sea con contrato vigente. La NMC prohíbe a un equipo traspasarlo, cortarlo ni bajarlo a las minors sin permiso del jugador.
NTC (No-Trade Clause) - En este caso, la única restricción es a través de traspaso. El jugador no puede ser traspasado sin su consentimiento. Existe también la M-NTC (Modified No-Trade Clause) en la cual el jugador ofrece una lista de equipos a los que no quiere ser traspasado, modificable esta con el tiempo. Normalmente la lista es menos restrictiva a medida que pasa el tiempo.
Además también debemos considerar el siguiente factor que hemos conocido recientemente, aunque ya teníamos rumores de ello con anterioridad:
La aprobación del nuevo CBA ha confirmado que el límite salarial se mantendrá en $81,5M durante las temporadas 20/21 y 21/22 ascendiendo a $82,5 M en la 22/23 y $83,5 M la 23/24 que es cuando acaba el acuerdo de convenio, por lo que aquellos equipos que operaban al límite, tendrán que maniobrar para cuadrar aumentos salariales, renovaciones pendientes y posibles acuerdos en la agencia libre, teniendo en cuenta que el límite se mantendrá igual dos años.
La posible lógica a un traspaso de Brock Boeser
La primera temporada (completa) de Brock Boeser fue realmente prometedora. Logró 55 puntos en 62 encuentros, fue finalista del Calder que acabó ganando Mathew Barzal, y logró ser el MVP del All-Star Game, el primer novato en lograrlo desde que lo hiciese Mario Lemieux en 1985. Con un estreno como este, es fácil pensar que no existe límite para este jugador. Pero ya en esta primera temporada, se perdió los últimos partidos por una lesión de espalda, y esto por desgracia se ha mantenido como una constante en su carrera, hasta el día de hoy. Es más, ya antes de conocer los rigores físicos de la NHL, Boeser se perdió los World Juniors de 2017 por una lesión en la muñeca.
A la siguiente temporada se perdió encuentros por una lesión en la ingle, y esta última campaña también ha tenido problemas físicos, en las costillas en este caso. Tres años y ninguno ha podido completarlo. Y en todos ellos, problemas en diferentes puntos.
Estructura del contrato de Brock Boeser con Vancouver. FUENTE: Daniel Wagner (Key to Brock Boeser bridge deal lies in big third year, Vancourier)
El contrato de Boeser se cerró finalmente con un acuerdo por un valor medio anual de $5.875 M durante tres temporadas, tras unas negociaciones largas y complicadas. En ese momento este bridge deal se acabó viendo como un buen acuerdo para ambos. Los Canucks, tras mucho esfuerzo, habían logrado un descuento de las pretensiones iniciales de sus representantes, que según lo reportado estaban alrededor de los $7M durante cuatro campañas. Era un contrato por un dinero dentro del valor de mercado por un jugador joven que producía, y prometía producir mucho más. Boeser por su parte, no solo obtenía un buen acuerdo económico durante tres años, una duración que no le comprometía a largo plazo y acabar cobrando por debajo de su rendimiento, sino que por la estructura del contrato, como se puede ver, el último año cobraría un salario base de $7,5 M, detalle importante puesto que en la próxima renovación, al ser RFA, se aseguraría una QO (Qualifying Offer) de, como mínimo, $7,5M. Este acuerdo puente aseguraba a Boeser un contrato mejor para el futuro. Este es otro detalle a tener en cuenta a la hora de mover al jugador. No es tener en cuenta lo que cobra ahora, es tener presente lo que cobrará en el futuro, más ahora que sabemos en qué cifras se moverá el límite salarial durante las próximas temporadas.
La situación de bloqueo salarial ofensivo en los Canucks
Fuente: Elaboración propia con datos de CapFriendly. * ATOI (Average Time on Ice - Media de minutos por partido) - PPG (Puntos por partido)
Vancouver tiene comprometidos para la temporada 20/21 cerca de $20 M en cinco jugadores con una media de edad de 31,4 años y menos de 0,3 PPG de media entre todos ellos, frente a los 0,79 PPG que aporta Boeser, aún sin aportar lo que muchos creen que podría, por calidad. Por si fuera poco, todos ellos tienen cláusulas que limitan el margen de maniobra, por lo que si ya inicialmente pueden ser productos poco atractivos en el mercado, además has de hacerlo con limitaciones. En el caso de Loui Eriksson, que es el mayor salario de todos, con una NTC completa.
Además si entramos a considerar muchos de ellos de manera individual, aparecen más problemas que complican bastante las opciones de traspaso que puedan aparecer. Michael Ferland tan solo ha disputado 14 partidos esta última temporada, y se encuentra en LTIR (lista de lesionados de larga duración), mientras que Antoine Roussel salía de una lesión grave de rodilla y tampoco ha estado en su plenitud física.
Más allá de la producción que pueda ofrecer en el aspecto puntos, la veteranía, y las opciones de formación a jóvenes que aporta Jay Beagle están bien consideradas por la directiva, por lo que tampoco parece que sea uno de los nombres que vaya a salir a la palestra cuando se hable de liberar espacio salarial.
El caso de Loui Eriksson es un tanto complicado, puesto que el jugador ha ofrecido buen rendimiento, en su caso en un plano más defensivo, y continúa siendo un miembro útil a nivel NHL, simplemente que el rendimiento ofrecido es a un precio demasiado elevado. De hecho, Eriksson es el jugador de ataque con el salario más alto, y el mismo que los defensas Tyler Myers y Alexander Edler, quienes también tiene un cap hit de $6M. A inicios de la pasada temporada salió a la luz que la relación con Travis Green tampoco era muy buena por lo que, de aparecer una opción, no sería raro que Eriksson buscase explorar sus opciones, a pesar de la cláusula de no-traspaso.
¿Qué otros nombres podría mirar de mover Vancouver antes que Boeser?
El jugador que más han tratado de mover es sin duda Sven Baertschi. Jim Benning ya ha dejado claro que no cuentan con sus servicios, al menos a nivel NHL:
“But we’ve kind of evolved as a team and our skill players are more hard skill than soft skill.” (Jim Benning, The Province)
Pero mientras el jugador busca un puesto en NHL, parece que el resto de equipos no lo tienen tampoco tan claro. Nadie lo reclamó de waivers, tampoco nada sorprendente, puesto que el jugador tiene un cap hit de $3,36 M hasta la temporada 20/21, ni Vancouver ha encontrado un acuerdo por él a pesar de dejar claro que no pedían mucho a cambio. Baertschi por cierto, ha sido uno de los que ha decidido no jugar en esta reanudación de la NHL por los riesgos del COVID.
En cuanto a rol dentro del equipo, el de Brandon Sutter es uno de los que considero menores implicaciones dentro del rendimiento tendría. Vaya por delante que no es ni mucho menos un mal jugador, pero ha tenido en los dos últimos años problemas de lesiones, por lo que su aportación se ha visto disminuida, y ha ido perdiendo puestos en las líneas del equipo. En su caso, el buyout supondría un alivio salarial de más de $2M de cara a la próxima temporada aunque estando el final del contrato tan cercano, quizás exprimir las opciones de traspaso en la medida de lo posible por la cláusula establecida, puede ser mejor.
Nos hemos limitado a los jugadores de ataque, pero los Canucks también podrían explorar movimientos con sus hombres defensivos, teniendo en cuenta que es una de las posiciones que necesitan reforzar, de cara a subir un escalón de rendimiento. De hecho, dentro de los rumores de traspaso por Boeser, defensas es lo que más se menciona que podrían recibir. Jordie Benn es el nombre que más opciones podría tener de marcharse en esta posición. Ha estado en más de una ocasión como healthy scratch y superado en la rotación por alguien como Oscar Fantenberg, que no es la octava maravilla del mundo pero servicial cuando toca, y más económico. Benn tiene 32 años y la temporada que viene cobrará $2M, demasiado para un jugador que en ocasiones no cuenta con la confianza del entrenador ni para saltar al hielo. Además, este me parece un buen punto para introducir a otro futuro jugador que tener en cuenta en la defensa de Vancouver los próximos años: Jack Rathbone. Han sudado para poder cerrar el acuerdo, pero se aseguran a un defensa de mucha movilidad, que puede aportar de inmediato, y que ha ido mejorando muchísimo durante su etapa en Harvard:
“We think he’s going to be an exciting, young defenceman for us. He can move the puck up ice and join the rush. His defensive awareness is something he’s still working on, but he’s got a high hockey IQ. He’ll figure it out.” (Jim Benning, Sportsnet)
¿Qué le viene por delante a Vancouver en términos salariales?
Si bien este año tienen que afrontar renovaciones importantes con importantes implicaciones salariales (Jacob Markstrom, Tyler Toffoli, Chris Tanev), recordemos que el límite salarial permanecerá en los mismos términos dos temporadas. De cara a la 21/22, dos de sus piezas clave para el futuro acaban contrato de novato y reclamarán una suma acorde a su rendimiento, que está siendo más que excelente: Elias Pettersson y Quinn Hughes. Y solo el contrato de Brandon Sutter finaliza antes de esta fecha. La parte buena de las renovaciones que toca afrontar es que este año viviremos un mercado atípico por la situación, y los equipos mirarán muy mucho qué fichan, qué condiciones ofrecen y las implicaciones a futuro que pueden tener, por lo que la amenaza de lo que puedan encontrar fuera es mucho más dispersa que en otras ocasiones.
Detalle curioso relacionado con los salarios, y es que Elías Pettersson es quien tiene, a día de hoy, un menor coste por punto de toda la NHL, mientras que Quinn Hughes se sitúa en quinta posición. Si le damos la vuelta al listado y ordenamos por los puntos más caros, sale a escena el nombre de Sven Baertschi, quinto por la cola, sin tener en cuenta claro a los que han jugado y no han sumado ningún punto, aquí el premio es de Jonathan Ericsson. No es por ser malo, pero no me sorprende ver su nombre.
Retener a Tyler Toffoli vs. traspasar a Brock Boeser
Situémonos en contexto: Brock Boeser es una elección de Vancouver en el Draft, cuyo único equipo en la NHL ha sido por el momento los Canucks, que se ha ganado el cariño de su afición y que apenas tiene 23 años. Ha tenido problemas con las lesiones pero en los partidos que ha estado, ha sumado a un nivel excelente. Todavía está por ver al Boeser de temporada completa hasta donde puede llegar, y los números indican que puede estar entre los atacantes más destacados de la competición.
Tyler Toffoli llegó a mediados de febrero a los Canucks en un traspaso que mandó a Los Angeles Kings a Tim Schaller, los derechos de Tyler Madden, una 2ª Ronda del Draft de 2020 y en caso que Toffoli acabe renovando, una 4ª Ronda del Draft de 2022. Pero en apenas 10 partidos se adaptó muy bien a la primera línea del equipo, con J.T. Miller y Elías Pettersson, y sumó 6 goles y 4 asistencias, a punto por partido de media.
Lógicamente, pagar ese precio por un jugador que, por circunstancias externas, estará más de diez partidos en el equipo para acabar marchándose libre no parece un buen negocio. Y menos cuando se ha adaptado tan bien a tu línea principal. Lógicamente, lo normal es quedarse con un chico de 23 años que sano, ha rendido siempre muy bien, que se ha formado en casa, y que tiene un contrato de larga duración. Para mí, Vancouver debería tratar por todos los medios de mover otros contratos mucho más perjudiciales antes que mirar de manera seria el traspaso de Brock Boeser. A su misma vez, renovar a Toffoli, puesto que alguien que tenga esta rápida adaptación y este rendimiento no es fácil de encontrar. Pero no será nada sencillo porque no se formará una cola de compradores para adquirir las piezas que ahora mismo tienen ‘a la venta’, y menos con las limitaciones existentes en cada uno.
¿Quiere realmente Jim Benning vender a Boeser?
Como podéis comprobar, apenas hay tres días entre la noticia de la intención de venta y la negativa del General Manager. En cierta parte es una respuesta del todo normal si quieres vender al jugador en cuestión. Reconocer qué quieres venderlo devaluará el precio, puesto que los equipos compradores saben que tienes una urgencia por que se acabe marchando. Que bueno, Vancouver urgencia tiene, tampoco es un secreto porque los números aprietan, pero como hemos comentado aquí, deben exprimir al máximo, aunque limitados, todas las opciones de traspaso de jugadores que no afecten tanto al rendimiento del equipo antes de optar por desprenderse de jugadores que pueden formar parte muy activa de tu top-six. Y creo que tienen candidatos más que de sobra antes de desprenderse de un talento todavía prometedor como Boeser.
FOTOS: NHL / Darryl Dyck (CP) / Bob Frid (USA TODAY Sports)